un poco de luz ...

En este panorama tan gris (por la escasa creatividad de las propuestas que llegan), en que nuevos colectivos se suben al carro del cobro por derechos de autor (como los arquitectos por las reproducciones de las fachadas de sus obras, que hasta ahora eran libres en tanto estuviesen situadas en una vía pública), el tanque de zinc quiere visibilizar otras formas de hacer; formas que evitan la complejidad de este sistema para rentabilizar la creación, y que nos demuestran constantemente que no es la única manera ni de hacer accesible una obra, ni de usarla, ni de sacarle un rendimiento económico cuando de eso se trate.

Vamos a ir introduciendo referencias a proyectos en los que el derecho de autor, lejos de ser un pretexto para impedir, obstaculizar, exigir, es un cauce razonable para crear, mostrar, compartir y mantener la máquina de crear, esa a la que contribuimos todos en tanto que miembros de una sociedad, en marcha. Porque el problema no son los derechos de autor.